domingo, 28 de noviembre de 2010

Radio para la participación y el desarrollo [1]


Por: José Mármol – SIGNIS ECUADOR-OCLACC

Casi cien años han pasado ya desde cuando el italiano Marconi pasara a la historia de la comunicación, por descubrir la radio, acontecimiento que desbrozó el camino para ir rompiendo las barreras del tiempo y la distancia.  Si bien en sus inicios la radio multiplicaba el sonido de voz o de música a solo algunos kilómetros a la redonda, con el paso del tiempo acercó su mensaje a ciudades, países y continentes.
A partir de los años 30 del siglo pasado, en América se inicia un proceso de siembra de antenas y transmisores de radio, que continúa hasta nuestros días, aunque la distribución del espectro radioeléctrico de las frecuencias de radio y TV no responde a ese criterio de equidad y de justicia que debería caracterizar a sociedades democráticas como las que queremos construir.

Ojalá el tiempo nos permita referirnos a esta realidad que en los actuales momentos hace parte de un proceso de debate político en varios de nuestros países, como en Ecuador, de donde provengo, en donde al momento se discute un proyecto de ley que confronta los intereses de los grupos de poder que se niegan a ceder ante la demanda ciudadana de  democratizar las frecuencias.
Pero en esta tarde se me ha propuesto exponer brevemente sobre las experiencias de radio en América Latina, y de manera especial de aquellas que comparten el espíritu de aportar a la construcción de una sociedad de justicia y fraternidad que hacen parte de la misión de nuestras organizaciones católicas de comunicación, y de nuestra Iglesia.
Para hablar de la experiencia de la radio en América Latina debemos necesariamente volver nuestra mirada, o mejor dicho revisar algunos hechos que van de la mano de la historia que sigue construyendo nuestra iglesia latinoamericana marcada por las orientaciones del Concilio Vaticano II, y de manera local lo que posteriormente se dijera en las conferencias generales de Medellín, Puebla, y ahora últimamente Aparecida.
Y es que, en efecto, la historia de la radio en América Latina sería incompleta si en ella no mencionamos a Radios católicas como CARITAS del Paraguay, y Radio FIDES de Costa Rica (1936). Luego la FIDES de Bolivia, en 1939, que fueron el germen de la radio educativa.  Pero sobre todo no podemos dejar de recordar la presencia iluminadora de Radio Sutatenza, en Colombia, y al P. José Joaquín Salcedo, un sacerdote que por agosto de 1947 inicia a unir su pasión de radioaficionado con la de su compromiso evangélico de aportar a la promoción humana, y no encuentra mejor aliada que la radio, que ve la luz, o sale al aire en octubre de ese año.  A partir de entonces da comienzo lo que sería la mayor experiencia de educación y alfabetización por radio en América Latina.
A esta experiencia, le seguirían decenas y decenas de radios en América Latina.  En Ecuador se pueden contar experiencias como la de las Escuelas Radiofónicas del Ecuador, ERPE, fundada en 1962, por Monseñor Leonidas Proaño, llamado el obispo de los indios (o el obispo rojo por la oligarquía de la época), por su inclaudicable compromiso solidario con los más pobres entre los pobres, los indígenas.
En 1968-70, otra experiencia de radio seguiría los pasos de Sutatenza, y ERPE.  Me refiero a radio escuelas de Pichincha, y Radio Mensaje, en Tabacundo, que se convertiría en un referente internacional a través de las incipientes cabinas comunitarias, mediante el aprovechamiento de las primeras grabadoras de cassette, para no solo enseñar el alfabeto a los campesinos iletrados, sino sobre todo para darles un canal de expresión y para que en la radio se escuche directamente sus voces.
Al igual que estas experiencias de educación por radio, se fueron creando varias emisoras con fines similares, entre las que se cuentan la de la Radio de la Federación Shuar, en la amazonía ecuatoriana, creada también por la misión salesiana, y así, fueron aumentando las radios promovidas por la Iglesia.  Al momento en Ecuador suman alrededor de 35 emisoras católicas.  (Dispensen que me haya detenido a relatar esta parte de la historia de la radio ecuatoriana porque he sido en parte testigo de este proceso y porque mi vinculación al movimiento de la comunicación católica la debo precisamente a la Radio Mensaje, de mi natal Tabacundo).
Pero en todos los países de América latina se fueron multiplicando las estaciones de radio,  inspiradas en la propuesta de transformación social y desarrollo humano que sembró Radio Sutatenza.
Estas emisoras posteriormente serían el germen de lo que se conoció luego como el modelo de radios educativas, evangelizadoras y populares y ahora como comunitarias, y que han tenido y siguen teniendo una importantísima incidencia para la formación de una ciudadanía que participa consciente y activamente en la vida social, cultural y política de sus países.
Señalaba al inicio que la historia de la radio educativa y comunitaria en América Latina es de algún modo parte de la historia de la Iglesia latinoamericana desde mediados del siglo pasado.  Y es que a partir de 1965, en que concluye el Concilio Vaticano II en América Latina se siente y se vive una Iglesia mucho más cercana a la gente. Se empieza a hablar de la Teología de la Liberación. En 1968 los Obispos realizan la Conferencia de Medellín. Muchos católicos asumen posturas radicales junto a los pobres y sus organizaciones, y varias Radios católicas acompañan de diversas maneras estos procesos. Los procesos educativos también experimentan cambios y se torna universal la propuesta de Paulo Freire, y su pedagogía del oprimido.
En este proceso de educación popular por radio resultan emblemáticas también radios como Pio XII de Bolivia, Radio Enriquillo y Santa María, de Rep. Dominicana, entre tantas otras.
Estas emisoras serán también las fundadoras de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica, ALER, que en las décadas de los 80 y 90 marcó su huella en el movimiento o modelo de radio educativa y popular.
 “Una radio para el pueblo”, “la voz de un pueblo en marcha”, “una emisora para la organización popular”, “La voz de los campesinos”, son algunos de los slogans con los que muchas de nuestras radios afirmaban su identificación con los intereses de la gente pobre. Los religiosos responsables de Radio Quillabamba, una emisora católica en el departamento del Cuzco, en Perú resumían así la evolución de su emisora:
“Al principio la emisora hacía énfasis en los programas "religiosos"; luego hubo un intento de ofrecer capacitación y "educación formal" para campesinos pobres; luego vimos la necesidad de convertir la emisora en "la voz del pueblo" y pusimos la programación bajo la responsabilidad de organizaciones populares y grupos que trabajaban en procesos de concientización. Llegamos a la conclusión de que lo más importante era constituirse en un centro de comunicación y participación al servicio de las organizaciones populares”[2].
Y como el tiempo se viene corto, aprovecharé los pocos minutos que me restan para enumerar al menos algunas valiosas experiencias de emisoras católicas que hacen parte de la familia de OCLACC y nuestras organizaciones católicas de comunicación, y que van marcando su huella en el compromiso de promover una cultura solidaria, la justicia, la dignidad y el desarrollo humano en nuestros pueblos:
Radio Estrella del Mar (Chile), que en su trabajo de comunicación participativa, con y desde la gente, descubre una riqueza enorme de cultura y de conocimientos en los pobladores de las Islas de Ancud, que será el memoria oral transformada en la Enciclopedia Cultural de Chiloé.
Radio Marañón, en Perú, que desde hace años viene trabajando con y para los jóvenes.
Radio Latacunga, en Ecuador, que también desde hace más de 25 años trabaja promoviendo los derechos y la organización de la población indígena. 
No puedo dejar de señalar, a propósito de que desde Signis Mundial se ha ratificado el compromiso de promover el derecho a la comunicación de niños, niñas y adolescentes, la experiencia de Chami radio, una emisora católica de Otuzco, en Perú, que viene desarrollando un ejemplar trabajo con los niños, a través del proyecto el aula en la radio; o Radio Seybo, en República Dominicana, que es ganadora por tercer año consecutivo de un premio que reconoce su trabajo con, por y para los niños.
Como podrán advertir, se trata de medios de comunicación con un nivel alto de responsabilidad social. Comunicadores y medios dispuestos a desarrollar de manera planificada una labor que favorezca la educación y la movilización de los ciudadanos. Es respondiendo a esta tendencia que nuestra organización OCLACC, se ha planteado promover y acompañar este tipo de experiencias. Queremos aprender, construir y compartir diversas formas de estrategias de comunicación para la movilización ciudadana.
El compromiso de acompañamiento desde OCLACC a las radios católicas y evangelizadoras de nuestro continente continúa, a través de la red de radioevangelización, que es una iniciativa conjunta con ALER, y que es animada desde nuestra oficina de OCLACC en Quito.


[1] Exposición presentada por José Mármol en la Facultad de Teología de la Universidad de Catalunya, España, el 28 de octubre de 2010.  La presentación se basó en el trabajo de Pedro Sánchez Coronel, titulado “Radio: Participación y Ciudadanía”
[2] "Radio Quillabamba y la Educación Popular" por P. Alfredo Encinas Martín y P. Rufino Lobo Alonso. Cuadernos de Comunicación Alternativa No. 8, CIMCA (Centro de Integración de Medios de Comunicación Alternativa), Bolivia, 1990, en Radio: Participación y Ciudadanía, de Pedro Sánchez - OCLACC.

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