Querido Niño
Jesús:
En este 25 de diciembre solo quiero comentarte cómo me siento al
finalizar este año 2006.
Aunque sé que Tú no precisas de este mensaje que
nos brinda los adelantos de la tecnología que Dios Padre Celestial ha puesto en
nuestras manos para facilitar la comunicación en este mundo, porque Tú nos
conoces a todos y sabes todo cuanto sentimos, aún cuando solo lo estuviéramos
pensando, me permito remitirte este E-mail.
Solo
quiero decirte que en estos tiempos en que la Navidad se ha tornado en
una fiesta solo de regalos y en que la mayoría está cambiando tu
presencia por la de un gordinflón de luengas barbas blancas, vestido de
rojo, yo he vivido otra Navidad y por ello quiero darte gracias.