Espesas
nubes grises cubren el cielo limeño. Según me cuentan Pedro Sánchez y
Asunta, un matrimonio peruano que conocí en Quito, con quienes tengo el gusto
de compartir la amistad y el compañerismo en el trabajo, esa es la
característica de la capital peruana. Una ciudad en la que nunca llueve y
que casi todo el tiempo oculta el azul del cielo.
Es jueves 19 de junio, a las 19h30,
en que llega el avión de LAN, procedente de Ecuador, desde donde hemos
viajado para asistir al taller de Radioevangelización organizado por
OCLACC y ALER. No más al bajarnos del avión se siente ya el frío que
caracteriza la temporada limeña, pero el contraste se siente en el calor humano
de la gente.