viernes, 22 de abril de 2016

Ecuador, entre la devastación y la esperanza

Fíjense en esto: si un dueño de casa supiera  a  qué hora de la noche lo va a asaltar un ladrón, seguramente permanecería despierto para impedir el asalto a su casa.” (Mt. 24,43)


Parafraseando el Evangelio de Mateo podríamos decir que, si los ecuatorianos -y particulamente los habitantes de las provincias de Manabí y Esmeraldas- hubiésemos sabido que el sábado 16 de abril, a las 18h58, se iba a registrar un terremoto devastador, como el que sacudió la costa norte del país, todos habríamos corrido a puestos seguros y no se habría producido la tragedia y destrucción que en estos días se vive en las poblaciones de estas dos provincias. 

 
Y es que nadie, ni los científicos del Insituto Geofísico -ni aquí, ni en ningún país del mundo-, podían predecir un fenómeno natural como el terremoto de intensidad de 7.8 grados que sacudió al Ecuador, y que cause tal destrucción y muerte como el registrado en las poblaciones de Manabí y Esmeraldas, en donde a seis días de este devastador sismo (y hasta el momento en que se escribe esta historia, las 13h30 del 22 de abril), el número de fallecidos ya sobrepasa los 600, y los desaparecidos 130. 
 
La destrucción y las pérdidas materiales son de tal magnitud que aún no es posible determinar con exactitud el monto que se requeriría para reconstruir poblados y ciudades enteras (viviendas, iglesias e infraestructura pública, como carreteras, hospitales, escuelas, y reestablecer los servicios básicos como agua potable y energía electrica, entre otros). Las estimaciones preliminares realizadas por el presidente de la República, Rafael Correa, apuntan a que el país requerirá de no menos de 3 mil millones de dólares, recursos que por el momento no se disponen por la recesión económica que ya se venía sintiendo en el país, a consecuencia de la caída del precio de barril del petróleo de exportación.
Sí, nadie estuvo preparado para soportar este terrible sacudón de la tierra, que desnudó las debilidades del país, tanto en la despreocupación en recordar que por la ubicación geográfica y la ubicación de las placas tectónicas lo convierten en una región amenazada a este tipo de fenómenos y, sobre todo, por la falta de políticas y la exigencia en el cumplimiento de normativas y ordenanzas rigurosas sobre licencias y estándares de construcción. De haberse tomado en cuenta estos riesgos y de haberse cumplido las medidas de prevención, las consecuencias de este terremoto no habrían sido tan devastadoras como las que se registran.

Pero a la vez, un desastre natural como el registrado ha develado también esa actitud y espíritu de los ecuatorianos y de muchos países hermanos: la solidaridad. Tan pronto como se iba conociendo de la magnitud de la destrucción, se ha podido testimoniar la grandeza de corazón del pueblo ecuatoriano que de forma inmediata se sumó a socorrer a los hermanos que lo perdieron todo y se multiplicaron las manos para llevar alimentos, medicinas, ropa, carpas, colchones, en fin todo cuanto les era posible recaudar para aliviar en algo la falta de techo, abrigo y alimentos que dejó el terremoto.

Qué decir de la inmediatez con que los rescatistas del Ecuador y de países amigos (más de mil rescatistas y especialistas en socorro y situaciones de desastre) trabajaron día y noche para buscar y rescatar de entre los escombros a personas con vida, lo cual hasta este momento (medio día del viernes 22 de abril) ha permitido salvar a 99 personas; o para recuperar los cadáveres para que puedan recibir una cristiana sepultura. 
 
Así también, la reacción y acompañamiento de nuestra Iglesia y de su brazo social que es Cáritas, que de forma inmediata convocó a los fieles a extender su mano solidaria para compartirla con nuestros hermanos que fueron sorprendidos y damnificados por este terremoto nos dan cuenta que por más que el dolor y el sufrimiento nos golpee está siempre atenta a abrazarnos con esa actitud misericordiosa de nuestro Dios, lo que permite mantener viva la esperanza, a pesar de la devastación de este terremoto.

José Mármol

1 comentario:

  1. Hola encontre un escrito en Oaxaca Mexico que dcie asi "Jose Marmol Tabacundo-Ecuador Radio Catolica Nacional"
    Conoces a esta persona? . saludos

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