Por José Nelson Mármol
La tormenta quiere arrastrarnos a todos. Pareciera que todos estuviéramos
involucrados en el escándalo conocido como el caso del cura Flores, y NO ES
ASÍ...!!! .
Por todo lado se comenta que "la Iglesia así...., que la Iglesia
asado....; que los curas esto..., que los curas aquello...". Pero es hora
de salir al frente con dignidad y valentía para recordarles que la IGLESIA
somos todos los bautizados, y que la inmensa mayoría de católicos somos gente
de bien, que busca el bien común a la Luz del Evangelio.
Es preciso insistir que el caso del curita Flores, en las aduanas, es la
excepción entre miles de sacerdotes y religiosos/as que cumplen su ministerio
con verdadera mística, sin distraer su apostolado en tareas que deben estar en
manos de seglares.
Conviene reiterar que los millones de bautizados somos honrados y que
por ello estamos sumamente dolidos por la traición al compromiso evangélico y
sacerdotal del padre Flores; dolor que se convierte en indignación cuando
cuando a diario se leen, ven y escuchan informaciones en las que claramente se
advierte un afán sensacionalista en el tratamiento y enfoque que le dan algunos
medios de comunicación.
¿Por qué no se pone en la balanza el trabajo social y de promoción humana
que cumple nuestra Iglesia, sin desmayo ni pausas, y este malhadado escándalo?
¿Porqué no merece igual despliegue que el que están dando los medios de
comunicación al "caso Flores" a tantas y tantas obras que realiza
nuestra Iglesia en favor de la población más pobre del país?
La información no debe estar al servicio de la deshumanización de nuestra
sociedad, ignorando o distorsionando datos fundamentales, con el propósito de
destruir al otro.
Recordemos que el ejercicio periodístico no puede perder de vista los tres
valores fundamentales de la ética: la verdad, la independencia y la
responsabilidad, y tal pareciera que en el "caso Flores" se está
pasando por encima estos valores, con el interés insano de privilegiar el
impacto por el beneficio social.
En el reciente comunicado de la Conferencia Episcopal se insiste en que "jamás
ha tenido trato alguno con el sacerdote Flores. Jamás recibió de él dinero ni
bienes" ...y que "jamás intervino ni intervendrá para detener la
justicia, más aún dará todas las facilidades para que se aplique con todo
rigor"..."La Iglesia y la sociedad exigen transparecia y veracidad en
la investigación y en la sentencia de todos los implicados.
Qué este escándalo no oculte los grandes problemas del país", dicen
nuestros Pastores. El episcopado ha reiterado su condena frontal a
"toda forma de corrupción, más aún si está involucrado un sacerdote",
y nosotros -desde la condición de miembros de la Iglesia Pueblo de Dios- nos
sumamos a esta posición y por ello es preciso e impostergable demandar de
nuestros colegas que trabajan en los diversos medios de comunicación a que no
se sacrifique la verdad a cambio de lo espectacular y lo sensacional para difamar
a personas e Instituciones.
Hay que recordar que, tal como lo dijera el distinguido periodista y
maestro colombiano Javier Darío Restrepo, "el mal hecho por la prensa
nunca se repara totalmente".
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