¿Se ha perdido la
capacidad de diálogo? ¿No es posible exponer los criterios sobre los temas de
actualidad o interés sin que se tenga que apelar al insulto? Qué penoso
que muchos ecuatorianos alimenten esa cultura de la violencia verbal y
física que se está imponiendo, tanto del lado oficialista, como en la
oposición, de insultar y menospreciar a sus semejantes.
Pareciera que solo unos son los dueños de la verdad, y no es así. Quiénes son los perfectos? Quienes al momento están en el poder político? NO. Quienes están en la oposición? TAMPOCO. Me parece que es hora de que reconozcamos, unos y otros, que nadie es perfecto; que todos podemos equivocarnos.
Hay quienes con la mayor facilidad lanzan adjetivos ofensivos y acusaciones, como si ellos fueran inmaculados y perfectos. Porqué no reconocer nuestras limitaciones?
Con respecto al reciente incidente registrado durante una entrevista que realizaba el periodista Gonzalo Rosero al cancillerde la República, Ricardo Patiño, la mañana del viernes 2 de marzo último, es totalmente cierto que el señor Rosero se equivocó al invocar una afirmación que nunca ha hecho la asambleista María Augusta Calle. Obviamente, debió ser más cuidadoso en revisar previamente el audio utilizado. El periodista falló, se equivocó. Pero no es menos cierto que el señor canciller de la República, debió -luego de hacerle caer en cuenta de la equivocación del comunicador- responder con claridad la cuestión que inquieta a las y los ecuatorianos. Qué mismo pasó con la valija diplomática en la que encontraron droga. El país necesita un baño de verdad. No le hace nada bien a nuestro país estas actitudes de prepotencia y autoritarismo a que nos están acostumbrando.
Que lamentable también que haya personas que con una facilidad -que sería bueno que así procedieran para hacer el bien- hablan de generalizaciones "los periodistas corruptos" o "prensa corrupta". Me pregunto, somos todos así? Esas generalizaciones son tan perversas como decir que todos los que apoyan al gobierno son responsables de los actos de corrupción que se denuncian. Es necesario decir las cosas por su nombre y no envolver a todos en un mismo saco.
Seamos constructores de una democracia que nos garantice paz, justicia, libertad. No una democracia en la que se imponga el autoritarismo y la prepotencia.
Que seamos capaces de dialogar de forma franca. Que Dios nos ilumine y que nos dé la sabiduría que nos hace falta.
Pareciera que solo unos son los dueños de la verdad, y no es así. Quiénes son los perfectos? Quienes al momento están en el poder político? NO. Quienes están en la oposición? TAMPOCO. Me parece que es hora de que reconozcamos, unos y otros, que nadie es perfecto; que todos podemos equivocarnos.
Hay quienes con la mayor facilidad lanzan adjetivos ofensivos y acusaciones, como si ellos fueran inmaculados y perfectos. Porqué no reconocer nuestras limitaciones?
Con respecto al reciente incidente registrado durante una entrevista que realizaba el periodista Gonzalo Rosero al cancillerde la República, Ricardo Patiño, la mañana del viernes 2 de marzo último, es totalmente cierto que el señor Rosero se equivocó al invocar una afirmación que nunca ha hecho la asambleista María Augusta Calle. Obviamente, debió ser más cuidadoso en revisar previamente el audio utilizado. El periodista falló, se equivocó. Pero no es menos cierto que el señor canciller de la República, debió -luego de hacerle caer en cuenta de la equivocación del comunicador- responder con claridad la cuestión que inquieta a las y los ecuatorianos. Qué mismo pasó con la valija diplomática en la que encontraron droga. El país necesita un baño de verdad. No le hace nada bien a nuestro país estas actitudes de prepotencia y autoritarismo a que nos están acostumbrando.
Que lamentable también que haya personas que con una facilidad -que sería bueno que así procedieran para hacer el bien- hablan de generalizaciones "los periodistas corruptos" o "prensa corrupta". Me pregunto, somos todos así? Esas generalizaciones son tan perversas como decir que todos los que apoyan al gobierno son responsables de los actos de corrupción que se denuncian. Es necesario decir las cosas por su nombre y no envolver a todos en un mismo saco.
Seamos constructores de una democracia que nos garantice paz, justicia, libertad. No una democracia en la que se imponga el autoritarismo y la prepotencia.
Que seamos capaces de dialogar de forma franca. Que Dios nos ilumine y que nos dé la sabiduría que nos hace falta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario