"Aunque al inicio estuve nervioso, luego comprendí que era un encargo de Dios y yo no quiero hacer nada sino lo que Dios quiera".
Con estas palabras, el arzobispo de Quito, Monseñor Fausto
Trávez, describió lo que sintió al haber sido elegido como presidente de la
Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Durante un breve receso de la
Asamblea Plenaria del episcopado, que se cumple en la Casa de Formación y
de Retiros Bethania, en el Valle de los Chillos, acepta dialogar
brevemente sobre los retos y desafíos que deberá cumplir como presidente del
episcopado.
Con actitud distendida y un gesto que transmite alegría y confianza me extiende su mano y me invita a que nos alejemos un poco de las voces cruzadas de obispos, religiosos, laicos y demás personas que conversan animadamente mientras dura el receso de las reuniones que se cumplen a puerta cerrada.
Comenta que previo al proceso eleccionario interno, dos o tres
obispos le comentaron que él podría asumir la presidencia, pero que no
le dio mayor importancia, porque "entre nosotros no hay candidaturas ni campaña", dice sonriendo. "Pero
en fin, comenzó la elección y pensé que podría obtener dos o tres
votos, pero mi sorpresa fue que la votación fue por mayoría absoluta,
por lo que el resultado lo recibí con cierto nerviosismo, que hasta creo
que me subió la presión", confiesa.
Así, fluye el diálogo, en un ambiente de confianza y apertura
fraterna. Luego, el arzobispo comienza a delinear los principales temas
que le preocupan al asumir la conducción del colegio episcopal.
"Tengo un interés especial de hacer lo que está en el corazón de todos
los obispos, y es la de intensificar la formación de todos los
sacerdotes, en los seminarios. Luego, que todos los obispos vivamos
nuestra colegialidad y que tengamos presente que lo que tenemos que
hacer es en la persona de Cristo y en nombre de Él", señala.
Esboza una ligera sonrisa y agrega que lo bueno de todo esto es que "todos los obispos y los sacerdotes están de acuerdo y colaboran conmigo, ninguno se ha hecho de rogar o esperar". Insiste en que ahora que ya pasaron los nervios de la elección, entiende que debe hacer lo que Dios le pide. "Estoy contento, pero sé que me toca orar más, hablar con la Virgen y pedirle sus bendiciones".
Monseñor Trávez participó por Ecuador en la Conferencia del
Episcopado Latinoamericano en Aparecida, de cuyo encuentro se tiene el
Documento final que fue redactado por una comisión presidida por el
actual Papa Francisco, por ello en el diálogo destaca que la cultura del encuentro y el cumplir la misión en las periferias existenciales es una tarea de toda la iglesia. "Las
periferias, como lo propone el papa no se refiere necesariamente el
salir a las montañas, a la selva o a los desiertos para desarrollar la
misión, sino que las periferias son aquellos lugares que no han sido
visitados por nosotros los pastores, como las universidades, las
cárceles, las correccionales y por ello estamos comprometidos a visitar
estas periferias, donde nos damos cuenta que ahí necesitan también
nuestra espiritualidad", comenta el flamante presidente del Episcopado.
Otro de los temas que han reflexionado en las reuniones con los
obispos gira en torno al llamado del papa Francisco a acompañar, ir al
encuentro y dialogar con los excluidos a los que se refiere también el
Documento de Aparecida, como la población migrantes, refugiados,
indígenas, comenta.
En el diálogo se refirió también al compromiso asumido por los
obispos latinoamericanos en Aparecida de cuidar la naturaleza y de
manera especial la Amazonía, sobre lo cual apunta que es necesario tomar
en cuenta el "principio central que es cuidar la creación, como lo
pide el papa Francisco. Lo principal es cuidar la ecología, partiendo
desde su etimología: Eco, del griego eko, quiere decir igual, quiere
decir que el ser humano es también naturaleza, que a veces no
reconocemos que las plantas, los árboles y todos los seres son también
creados por Dios". Por ello-agrega- "San Francisco de Asís
decía que tiene derecho a llamarlo Padre, y llamar hermanos a los
animales y las plantas creadas por Dios".
Al ser consultado sobre la demanda de una mayoría de ecuatorianos que
pide una consulta popular sobre la propuesta de que no se explote
petróleo en el parque Yasuní, en la amazonía, Monseñor Trávez confiesa
que sobre ese tema prefiere no pronunciarse porque no conoce muy bien,
aunque admite haber "leído y he escuchado, pero no conozco el lugar; pero también porque es bastante delicado y puede ser politizado el problema", reconoce.
No obstante, insistió en que lo importante sería "hacer todo el
esfuerzo posible por salvaguardar la naturaleza y salvaguardar la
creación. Los Franciscanos en el mundo tenemos un punto que es:
justicia, paz y reverencia por la creación, de manera que hay que cuidar
la creación porque no solamente nos sirve a todos sino sobre todo
porque es nuestra hermana", agregó.
Insistió que cree mucho en el diálogo y considera que "habría que dialogar, conversar y poner puntos sin enojarse, puntos referentes y las ventajas y desventajas".
La campana de llamada a la reanudación de las reuniones en la
Asamblea Plenaria suena con insistencia y me hace una seña que debemos
concluir esta breve entrevista, porque tiene que continuar dirigiendo
los diálogos episcopales. Ingresa al auditorio y se cierra la puerta.
Desde Bethania, Pepe Mármol, Signis ALC
EL SILENCIO ES SALUD MENTAL
ResponderEliminarBuenas noches
Donde puede poner una denuncia de contaminacion por RUIDO, esto en verdad es insoportable el señor cura encargado de la Iglesia de San Perdo Y San Pablo en la Vicentina Baja de la ciudad de Quito, a MONTADO TRES PARLANTES EN LA PARTE SUPERIOR DE LA IGLESIA PARA LLAMARA MISA y los ponen a todo volumen todos los dias de DIOS.
Por favor algun hermano que me pueda ayudar con esta mala manera de ajercer un buen trabajo en favor de la comunidad eliminando esta mala practica
saludos
clodio pace